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jueves, 29 de marzo de 2012

El golpe que hoy pocos se explican // Por Rosendo Fraga | Para LA NACION


Frondizi en Metán. Año 1958. Campaña Electoral que lo consagrara Presidente de la Nación Argentina, acompañado a su izquierda por Chichi Leavy y quien años después fuera el 1º Gobernador Constitucional de la Provincia desde 1983, Don Roberto Romero.
Hace cincuenta años, el 29 de marzo de 1962, caía el gobierno de Arturo Frondizi tras casi cuatro años de una azarosa y a la vez lúcida gestión de gobierno. A cinco décadas del hecho parece conveniente realizar algunas reflexiones sobre el mismo.
a) El problema peronismo-antiperonismo, a sólo siete años de la Revolución del 55, fue desencadenante de la crisis política que provocó la caída del gobierno. El triunfo del peronismo en la provincia de Buenos Aires, el 18 de marzo de 1962, a través del sindicalista Andrés Framini, parecía un hecho intolerable no sólo para los militares sino también para las fuerzas económicas y gran parte de la opinión pública.
b) El oficialismo, a través de la UCRI, había ganado a nivel nacional obteniendo más votos que el peronismo, pero el triunfo de éste en Buenos Aires, con más de un millón de sufragios frente a 700.000 del oficialismo, determinó la crisis, que comenzó con la anulación de los comicios en los distritos donde había ganado el justicialismo.
c) Entre la elección y el desplazamiento del gobierno se sucede una vertiginosa crisis político-militar. El intento de acompañar a Frondizi con un gabinete de coalición integrado por radicales, conservadores y democristianos fracasa por la negativa de los primeros a avalar el último y desesperado intento de mantener el gobierno.
d) Desde el punto de vista militar, el desplazamiento de Frondizi fue el primero realizado por los tres comandantes en jefe en conjunto.
e) Pese a ello, el apoyo al desplazamiento de Frondizi no fue expresión monolítica de las Fuerzas Armadas. Ya desde 1958, sectores militares legalistas, como los que representaron el coronel Manuel Reimundes, pugnaron por dar al gobierno constitucional una base de sustentación militar. En marzo de 1962, gran parte de la aeronáutica militar y del propio Ejército, como el caso de la Guarnición de Campo de Mayo, se oponía al golpe militar, mientras que la Marina de Guerra apoyaba en bloque la posición hostil hacia el presidente. La detención del secretario de Guerra, general Rosendo Fraga, por parte de los golpistas, fue un intento tendiente a evitar reacciones legalistas.
f) El rol de arbitraje para salvar la situación del presidente, intentado por el teniente general Pedro E. Aramburu, fracasa en encontrar fórmulas para resolver la crisis con la continuidad del presidente al frente del gobierno.
g) La política del gobierno desarrollista de alineamiento con los Estados Unidos había tenido sus fisuras en el verano de 1962, a raíz de la entrevista de Frondizi con el Che Guevara. Ese mismo hecho había debilitado la capacidad de acción de los sectores militares legalistas y había generado fisuras en los sectores empresarios, que públicamente habían percibido el acertado espíritu de cambio y modernización que encarnaba el proyecto de Frondizi.
h) En el campo económico, algunos análisis realizados en función de documentación inédita parecerían demostrar que la caída de Frondizi fue el último episodio en la pugna entre los intereses británicos y los norteamericanos, que habían acelerado el desplazamiento de los primeros desde fines de la década del 50. Desde esta perspectiva, habría sido la última crisis en la cual los intereses británicos ejercieron una influencia sobre la política argentina, jugando en este caso en contra de la estabilidad del presidente, quien aparecía promoviendo el alineamiento con los Estados Unidos y el alejamiento de Gran Bretaña.
Hoy existe consenso sobre el error que significó el desplazamiento de Frondizi. El proyecto de modernización caracterizado por la inversión extranjera, la apertura petrolera, el ajuste del gasto público y la ubicación de la Argentina en la esfera de influencia de los Estados Unidos, no fueron comprendidos en su momento y, por el contrario, fueron duramente combatidos.
Desde el punto de vista político-institucional, este golpe militar fue un antecedente necesario de las intervenciones de 1966 y 1976. Si bien se trata de un ejercicio de historia contrafáctica, es evidente que si Frondizi hubiera terminado su período constitucional hubiese sido mucho más difícil lograr el consenso civil y militar para golpes posteriores.
Hace 50 años, la caída de Frondizi significó una oportunidad perdida para la Argentina y para el mundo fue un hecho incomprensible, dado que era el presidente con más prestigio de América latina. Han pasado cinco décadas y los argentinos, en vez de aprender de los errores del pasado, podemos estar nuevamente desaprovechando oportunidades.
Por esta razón, recordar la caída de Frondizi no es un mero hecho histórico, sino que impone una reflexión sobre los errores del presente, de los que pueden arrepentirse generaciones futuras, como hoy sucede cuando miramos lo que ocurrió el 29 de marzo de 1962.