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Casa de Federico Gauffin en Metán - Municipalidad y Provincia

jueves, 15 de diciembre de 2011

LOS ENCUENTROS EN YATASTO


  
          El camino Real que unía Buenos Aires con Lima, tenía un punto crítico que comenzó a ser llamado “la Frontera”, debido a que por la puerta del río Pasaje penetraban los malones desde el Chaco Gualamba. Y este mismo río que era un camino natural, en épocas de creciente detenía a los viajeros, a veces por largas semanas. Así, la zona de Metán se convirtió en un lugar estratégico, y fue testigo de numerosos y trascendentes hechos históricos en la época hispánica, y durante la guerra por la independencia y las luchas civiles.
          Entre estos hechos históricos, los más importantes fueron, por sus consecuencias, los encuentros entre San Martín con Belgrano, y luego con Güemes, en la sala de Yatasto, de los Toledo y Pimentel, situada  unos 8 kilómetros al sur de Metán (hoy Metán Viejo). Previamente, en esta casa el Gral. Belgrano había recibido el mando del Ejército del Norte de manos de Pueyrredón, el 26 de marzo de 1812. Por ello podemos decir que Metán tuvo el privilegio de ver reunidos, y planear la estrategia decisiva, a los tres máximos héroes de nuestra independencia. Si alguno de ellos hubiera fallado en su misión, tal vez las Provincias Unidas habrían sido reconquistadas, y el Congreso de Tucumán no se hubiera llevado a cabo.
          Debemos recordar que el Gral. Belgrano logró revertir la mala imagen que de la Revolución dejó la primera expedición al alto Perú, en donde se comenzó a llamar a los de Buenos aires “porteños herejes y crueles”, por la política de terror innecesaria que aplicó Castelli siguiendo órdenes de Moreno, con profanaciones de templos y fusilamientos de oficiales de menor rango. Belgrano llegó a tener gran estima por nuestra zona, tal vez porque en el territorio metanense obtuvo su primer triunfo sobre las fuerzas realistas en el combate de Las Piedras, el 3 de setiembre de 1812. Muchos sostienen que en ese lugar, López y Planes comenzó a escribir las primeras estrofas de nuestro himno. Y también Belgrano, después de la decisiva batalla de Tucumán, hizo jurar al Ejército fidelidad,  a orillas del río Pasaje que él bautizó “Juramento”, a la Soberana Asamblea Constituyente, y desplegó la bandera celeste y blanca que ya no dejaría de flamear hasta el día de hoy.
          Después de Vilcapugio y Ayohuma, Belgrano es reemplazado en el mando del Ejército del Norte por el entonces coronel don José de San Martín. Este llega a Yatasto el 16 de enero de 1814, siendo hospedado por la citada familia de Toledo y Pimentel. Al día siguiente parte con los refuerzos que trae hacia Chilcas, donde Belgrano lo espera en la ribera norte del río Juramento. Luego, el día 19,  cruzará el río para ir al encuentro de San Martín, que había llegado a la posta de Los Algarrobos. Ambos deciden trasladarse a la sala de Las Juntas de Yatasto, cuyo propietario era el catalán Manuel Torrens la que, por estar al lado del camino Real, era como una posta aunque no oficial. Allí permanecerán el día 20 de enero (fecha incorporada como efemérides del Municipio de Metán),  donde son obsequiados con pescado del río Juramento, que dará origen a la  célebre receta “Dorado a la San Martín”, que publicara Juana Manuela Gorriti en su “Cocina Ecléctica”.
          San martín comprendió muy bien las virtudes de las que estaba dotado el Gral. Belgrano, y escribió al Director Posadas para que no lo excluya del Ejército del Norte, alegando su gran conocimiento de la gente y de la región, y de la estima que le tenían sus oficiales y soldados, pero fue en vano. El 26 de enero el creador de la Bandera partirá hacia Tucumán.
          San Martín no avanzó más al norte del río Juramento, y se quedó sin conocer la Capital de los salteños (lo mismo hará Sarmiento en 1884 cuando visitó Metán). Pero faltaba el otro encuentro decisivo para la causa. A comienzos de febrero de 1814 llegó a Yatasto el todavía coronel Martín Miguel de Güemes, y desde el comienzo ambos se comprenden e intuyen los diferentes roles que les tocará desempeñar, en la difícil etapa que se avecinaba para la Patria. El Libertador ya tenía en mente el plan continental, de llegar a Lima por vía marítima, para lo que se necesitaba construir una barrera defensiva infranqueable en la frontera norte. Se dice que este plan lo esbozó el Gral. Guido, amigo íntimo de San Martín, y otros sostienen que distintos estrategas ya lo habían discutido antes. Lo cierto es que serán estos dos hombres los que lo llevarán a cabo.
          Mientras discuten la estrategia y las posibles alternativas o tácticas, recorren la zona, Una tradición oral firme nos dice que llegaron a Ortega, un poco más allá de El Galpón, ya que en esa antigua reducción estaba la tumba del gobernador don Jerónimo de Matorras, tío de San Martín, el que había fallecido allí en 1775 mientras construía una capilla. Algunos agregan que llegaron hasta los primeros fortines de Anta, lo que sin duda sirvió para que el nuevo Jefe del Ejército apreciara las virtudes del héroe salteño. Por ello lo designa Comandante de las avanzadas del río Juramento, instalando Güemes su campamento en Conchas, a pocos kilómetros al norte de Metán, y el Libertador parte hacia San Miguel de Tucumán, donde piensa levantar una fortaleza.
          Ya todos sabemos cómo terminó esta historia. San Martín llegó a Lima, pero una traición sesgó la vida del Gral. Gúemes cuando tenía sólo 36 años, lo que, junto con  la ceguera política de Rivadavia, impidió que se abra un segundo frente por el Alto Perú, como lo establecía el plan continental. ¿Las consecuencias? La gloria de terminar con la guerra de la independencia quedó para Simón Bolívar, y nuestro país perdió definitivamente las provincias altoperuanas, con más un millón de kilómetros cuadrados, y su salida al Pacífico. Todo un triunfo para los pequeños hombres de las logias pro-británicas del Río de la Plata.


                                                                Eduardo R. Poma

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