Cada 19 de marzo la feligresía metanense
honra a su Patrono, San José, siguiendo la tradición de un culto que se remonta
hasta el siglo XVIII. Se tienen noticias de que existía un culto dedicado a San
José en Yatasto, y también en Orquera, Conchas y otros lugares de nuestra zona.
Es por ello que la Iglesia ,
cuando decide dividir el curato de la Frontera del
Rosario (hoy Rosario de la
Frontera ), en 1859, no hace más que recoger la tradición
popular cuando pone la nueva jurisdicción bajo la advocación del Santo
Patriarca.
Esta tradición la corrobora también don
Guillermo Sierra cuando, enterado de la decisión de la Iglesia de crear un nuevo curato, decide ofrecer a la
misma en donación, los terrenos necesarios para instalar la futura parroquia y
demás espacios para la casa parroquial, plazuela, cementerio, municipio, etc.,
pero con la condición de que el templo a construirse “sea dedicado bajo la advocación de Nuestro Señor San José de Conchas”.
La Iglesia
acepta la donación con fecha 29 de mayo de 1859, aunque la Parroquia quedará con la
advocación de San José de Metán, recogiendo así el nombre de la población más
antigua del lugar. Posteriormente, con fecha 9 de noviembre del mismo año, el
Gobierno de la Provincia
crea el departamento de Metán.
Lo cierto que ni en Metán (hoy Metán Viejo)
ni en Conchas existía un templo adecuado para la Parroquia , por lo que la Curia la establece
provisoriamente en El Galpón, dejando el pequeño oratorio o capilla de Metán a
cargo del P. Manuel Antonio Fernández. Recién el 4 de agosto de 1861 las
autoridades eclesiásticas deciden instalar oficialmente la Parroquia de San José en
Metán, y designan párroco al sacerdote Cristóbal Alcalde. Sin embargo, la
capilla de Metán era muy precaria, por lo que la tarea de los primeros párrocos
fue encarar la construcción de un templo.
Se
sabe que los trabajos comenzaron en 1868 con el P. Saturnino Fernández, y luego
gracias a las diligencias del P. José Vicente Toledo y Pimentel se concluye con
la estructura principal, en 1870. Es por ello que este párroco se dirige al
Provisor Vicario General solicitándole “autorización
para celebrar el Santo Sacrificio de la
Misa , en la iglesia grande, por estar techada e igualados sus
pisos, así del presbiterio como del resto de la iglesia y la mesa del altar en
su mejor parte”. Agregando más adelante que “dicha licencia será hasta su conclusión, mientras encontrare
inconvenientes para las lluvias y el sol, sin que deje por esto de trabajar
hasta concluir”. Sus superiores le permitieron celebrar “los días domingos y festivos de precepto”.
En 1871 se realizan en Metán las “Santas
Misiones”, y a pedido de sus fieles el padre Toledo vuelve a dirigirse a sus
superiores invocando esta vez “el estado
de humedad en que se encuentra la capilla y la poca capacidad de la misma”,
y manifestaba que “he visto con gran
sentimiento que varios vecinos han salido enfermos habiéndose concluido la Misa ”, por lo que pedía
se ampliase la autorización concedida anteriormente a los días de trabajo. La
respuesta de las autoridades fue favorable.
Por fin, el 25 de diciembre de 1872 se
realizan los actos de la solemne bendición del templo de la Parroquia de San José de
Metán, ubicada en el lugar de los terrenos donados, y en donde irá surgiendo un
nuevo pueblo llamado “Villa San José”, distante unos 8 kilómetros de Metán,
al que se apodará “El Viejo”, y a 2 kilómetros de la futura estación del
Ferrocarril Central Norte que se inaugurará en 1886. Y esta “Villa del
Estación” será la que dará forma definitiva al Metán actual.
La bendición y los actos fueron presididos
por el titular de la Diócesis
de Salta, Mons. Buenaventura Rizo Patrón y Zabala, y figuraron como padrinos en
la ceremonia el señor Nicolás Reynoso y su esposa, descendientes de una de las
más antiguas familias radicadas en
Conchas. Este honor se lo otorgaron por las importantes donaciones que habían
realizado para culminar con las obras del templo parroquial, aunque faltaba
todavía construir la torre para el campanario, la que quedó concluida hacia
1890. Lo que no se conoce es quien diseñó o planificó esta construcción, que
muestra un estilo ecléctico con columnas griegas, ojivas góticas y sectores que
recuerdan al colonial español.
Por esta época las parroquias no sólo eran
centros religiosos, sino también cívicos, culturales y hasta políticos. Así, en
1864 el párroco de San José había sido elegido diputado para representar a
Metán en la Legislatura. Y
la Iglesia
era la única que registraba y documentaba a las personas con los bautismos,
casamientos y defunciones, supervisando la enseñanza, las costumbres y aún los
cementerios, construidos generalmente al lado de los templos.
Pero a partir de 1880 la generación que se
hace cargo del Gobierno de la
Nación , iniciará una política de signo anticlerical que
llevará hasta la ruptura con el mismo Vaticano. Influyen en ellos las ideas
liberales y positivistas, que se traducirán en leyes como la de enseñanza laica
y obligatoria, la del matrimonio civil y otras disposiciones entre la que estaba la administración de los
cementerios por los municipios, que irán marginando a la Iglesia de la vida
pública.
Esta situación provocó innumerables
conflictos, los que fueron llegando al interior del país en forma atenuada. En
Metán, por ejemplo, la colaboración entre la Parroquia y el Consejo
Municipal siguió adelante, a pesar de que se produjeron algunos roces. En
1886, el regidor (concejal) don Enrique
Lona “denuncia
que el cura párroco don Melitón Graz (1879-1881) descuidó los asientos en los libros de bautismos, casamientos y
defunciones, causando perjuicios a las familias al faltar los comprobantes, por
lo que solicita al actual párroco, don Juan Bianchi, informe al Consejo
Municipal si quedaron borradores de los asientos faltantes”. Y en 1887, con
motivo de los traslados de los cadáveres al osario del nuevo cementerio
municipal, el Consejo “fija el derecho de
sepultura en un peso moneda nacional, siendo sin cargo para los pobres de
solemnidad”. En la misma sesión, se notifica al cura párroco, P. Manuel
Belarde, “se sirva abstenerse de cobrar
derecho alguno por el nuevo cementerio, ya que es propiedad municipal”.
En los años siguientes los párrocos siguen
impulsando las obras del templo, destacándose el P. Mariano Borrás, quien al
fallecer el 3 de junio de 1896 ocasiona un profundo pesar en la feligresía
metanense. Como testimonio de ese aprecio es la gran placa colocada en el
templo que dice: “La ingratitud es la
independencia del corazón. Fue justo, nosotros estaremos eternamente
reconocidos”.
En el año 1900 es designado párroco el
sacerdote Marcelino Franco, que al decir de un caracterizado vecino de Metán “era un español de carácter bonachón y muy
afecto al póquer”. Estuvo un cuarto de siglo al frente de la Parroquia , y a él se le
debe la construcción de veredas, verjas y la finalización de los trabajos en la
casa parroquial. En 1924 lo reemplazó el padre Leonardo Ferrara, y en 1929
llegó otro español, el padre Saturio Irrurosqui. Este sacerdote dejó gratos
recuerdos en nuestro medio. Fundó el club de fútbol Sportivo San José y fue
cofundador de la Sociedad Española
de Socorros Mutuos. También escribía obras de teatro que fueron sucesos en
aquella época.
Entre 1936 y 1940 fue párroco el P. Carlos
Acuña, y a éste le sucedió el P. José Mir, también español, quien fue pionero
de la educación secundaria en Metán al crear, en 1943, el Instituto Adscripto
José Manuel Estrada. A este sacerdote le tocó presidir la colocación de la
piedra basal del nuevo templo para nuestro Patrono, que se pensaba construir
frente a la plaza General San Martín, puesto que el centro del pueblo se había
desplazado hacia el sector de la
Estación del Ferrocarril, y ya todas las instituciones habían
abandonado a la vieja villa San José.. Pero como dice el refrán “el hombre propone y Dios dispone”, el
terremoto de 1948 cambió todos los planes. El culto al Señor del Milagro fue
creciendo año a año en forma extraordinaria, por lo que las autoridades
eclesiásticas decidieron dejar bajo esta advocación al nuevo templo, creándose
otra parroquia en 1966. Y al padre Mir también le tocó soportar otra calamidad
que se abatió sobre la población de Metán el 19 de marzo de 1949, justo el día
de San José, cuando torrentes de agua y lodo destrozaron varios sectores del
pueblo, provocando víctimas y graves daños. No faltaron entonces los que
dijeron que San José estaba enojado
porque se lo olvidó como Patrono, puesto que por el terremoto la población
adoptó como Patronos Tutelares, ¡al
Señor y a la Virgen
del Milagro!
En 1952 es designado párroco el sacerdote
Néstor Ojeda, también muy recordado por nuestra feligresía. El fue quien
habilitó el nuevo templo ya dedicado al Señor del Milagro, y en donde se
oficiarán misas para el sector de la Estación , en reemplazo de la capilla que se había
improvisado en la Escuela General
Belgrano. Y también al P. Ojeda le correspondió organizar los solemnes festejos
del 19 de marzo de 1957, en “acción de
gracias por los cien años de culto en el
pueblo de Metán”, festejos que contaron
con la presencia de Mons. Roberto J. Tavella y altas autoridades del Gobierno
de la Provincia. Esto
prueba que en Metán se celebraban misas en forma ininterrumpida desde 1857, es
decir, dos antes de la creación del curato de San José de Metán.
Al padre Ojeda lo reemplaza el padre Víctor
Martínez, quien conseguirá con la ayuda de ADVENIAT, una organización católica
de la entonces Alemania Occidental, remodelar y agrandar el interior del
templo, construir una nueva casa
parroquial y otras instalaciones,
trabajos que culminaron en 1982.
Finalmente, el 19 de marzo de 1989 se
informa que, por Decreto Nº 339 del Ministerio de Gobierno de la Provincia de Salta, se
declara “Monumento Histórico al Templo de la Parroquia San José
de Metán”, culminando con éxito el anhelo generalizado de nuestra población de
preservar este ya venerable edificio.
Eduardo R. Poma
30 – 04 – 2011.
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