METAN Y LA ESTRATEGIA DECISIVA
El general Güemes estuvo muy vinculado a nuestra zona. Su esposa
Carmen era de “Los Sauces”, muy cerca de Rosario de la Frontera, y en 1821 se
refugió en Miraflores, donde recibió la noticia de la muerte del General; sus
amigos, los Gorriti, preparaban escuadrones gauchos en su finca de “Los
Horcones”; el primer campamento militar de Güemes se instaló en Conchas, a 9
kilómetros al norte de Metán (hoy Metán Viejo); sus descendientes residieron
muchos años en Rosario de la Frontera, y Martín M. Güemes era intendente en
1886, cuando llegó Sarmiento a Las Termas, y mantuvo una agria disputa con el
“Lord Mayor de Rosario, un Tiberio nato”, como irónicamente llama a su enemigo político.
Sin embargo, la presencia de Güemes en la Frontera será de gran
trascendencia cuando, en Yatasto, se encuentre con el entonces coronel José de
San Martín. Este encuentro quedó inmortalizado en cuadros, estampas, etc., con
varios errores que ya son clásicos y cuesta mucho desmitificar. El primero es
el que en dicho encuentro estuvo también el Gral. Belgrano. Tal vez por
desconocimiento de los hechos históricos, y por un comprensible deseo de poner
juntos a nuestros tres máximos héroes de
la guerra de la independencia. Además, la sala de Yatasto no era posta, allí no
fue el encuentro de Belgrano con San Martín, y a Güemes se lo representa con
casaca roja, cuando todavía no comandaba a los “Infernales”. También en los
textos se puede leer que el Libertador presentó su “plan continental”, de
marchar a Lima por vía marítima. En realidad este plan era de otros militares,
y se lo habría dado a San Martín su amigo, el Gral. Tomás Guido.
Entonces, ¿cómo fueron estos encuentros que tendrán tanta
importancia? De acuerdo con la documentación disponible, resumiremos los hechos
tal como ocurrieron, y no como nos habría gustado que ocurrieran.
El 16 de enero de 1814 el coronel don José de San Martín, como
nuevo Jefe del Ejército del Norte llega a Yatasto, a unos 10 kilómetros al sur
de Metán, y es hospedado en la sala de los Toledo y Pimentel. Al día siguiente,
San Martín y los refuerzos que trae parten rumbo al río Pasaje o Juramento,
donde lo espera el Gral. Belgrano en la ribera norte del río. Ese mismo día 17
San Martín se aloja en la posta de Los algarrobos, que estaba ubicada cerca del
actual pueblito de Lumbreras. Allí se dirige Belgrano, encontrándose con el
nuevo Jefe el día 19 de enero, y ambos deciden trasladarse ese mismo día, a la
sala de Las Juntas, en Yatasto, de propiedad de don Manuel Torrens. Este lugar,
por estar al lado del camino Real, era utilizado por los viajeros para
descansar, pero no era una posta oficial. El día 20, en Las Juntas, estos dos
próceres fueron obsequiados con pescado del Juramento. De allí proviene aquella
célebre receta “Dorado a la San Martín”, recogida por doña Deidamia Sierra de
Torrens, y que publicara Juana Manuela Gorriti en su “Cocina ecléctica”. El día
21 parte San Martín hacia la sala de José Toledo y Pimentel, y el 26 de enero
Belgrano se dirige a San Miguel de Tucumán.
En los primeros días de febrero de 1814, llega a Yatasto el
coronel Martín Miguel de Güemes, que había estado distanciado de Belgrano. En
seguida San Martín captó las virtudes y capacidad del líder salteño, su carisma
con la gente y su gran conocimiento de la zona. Juntos la recorren durante
varios días, y San Martín le explica que tiene planeado levantar una fortaleza
en Tucumán, plaza que debe ser sostenida a toda costa, cuya primera línea
defensiva sería el río Juramento. Ambos elaboran la estrategia de la guerra de
recursos o de partidarios, como se llamaba a las guerrillas, de la cual San
Martín era gran conocedor, pues se la había aplicado en España contra los
franceses. Güemes recibe entonces el cargo de Comandante de las avanzadas del
río Juramento, e instala su campamento en el villorrio de Conchas.
Se dice que llegaron hasta los fortines de Anta, pero una firme
tradición oral nos cuenta que San Martín llegó hasta Ortega, más allá de El
Galpón, donde estaba la tumba de su tío, el gobernador don Jerónimo de
Matorras, quien murió allí en 1775, cuando estaba construyendo una capilla.
Lo demás, ya es historia bien conocida. El gobernador y Gral.
Martín Miguel de Güemes, cumplió tan
bien con su parte de aquel plan continental, que logró rechazar todas las
invasiones realistas, lo que impidió que
atacaran a San Martín en Mendoza, y luego marcharan a Buenos Aires, único sector
del Imperio que los españoles no pudieron recuperar desde 1810. Pero no logró
cumplir con el objetivo final de la estrategia, avanzar con un ejército por el
Alto Perú, para abrir un segundo frente cuando San Martín se dirigía a Lima. En
1821 una traición le segó la vida, cuando apenas tenía 36 años. Quedará
entonces, en manos del Gral. Simón Bolívar, la gloria de concluir con la guerra
de la independencia americana.
Eduardo R. Poma
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